María Fernanda Bonesso tiene 35 años, nació en Maipú, Mendoza, en una familia de pequeños productores de frutales. Estudió Economía en la Universidad Nacional de Cuyo y su camino profesional la llevó por otros ámbitos, lejos de la actividad agropecuaria.
“De chica colaboraba con el negocio familiar pero no veía esa actividad como algo para trabajar a futuro, creo que eso le pasa a otros jóvenes también”, contó en entrevista con Agrofy News.
Fue becada en España por Fundación Carolina para especializarse en Finanzas, mientras trabajaba en un banco. Luego continuó estudiando en Buenos Aires, donde hizo una Maestría de Gestión de Riesgos Económicos y Financieros en la UBA, y en la Di Tella, donde cursó Economía Aplicada. Sin embargo, y a pesar de ese deslumbrante recorrido profesional, no estaba conforme: “Nada me terminaba de cerrar y decidí volverme”, expresó.
Agrojusto, la revelación: de la tierra al mercado
Todos los años, en noviembre, en la época de cosecha, el padre de María Fernanda debía enfrentar el mismo problema: la comercialización de sus damascos: “A todos los productores les sucede lo mismo, no saben a quién o dónde vender, o deben aceptar que les impongan todas las condiciones de venta en un proceso unilateral”.
“Cuando vivía en Belgrano pasaba por las verdulerías y veía los precios de los damascos. Entiendo los costos de logística que son altísimos, pero ver que los productores tiran lo producido porque nadie les quiere comprar por el precio es una locura. Ahí fue que decidí hacer algo para cambiar eso”, contó la emprendedora.
María Fernanda sentía que tenía que encontrar algo que le permitiera generar un cambio: “A finales de 2017, cuando empezó el auge de los primeros emprendimientos tecnológicos como Pedidos Ya, Uber, pensamos que teníamos que crear algo similar para solucionar este tema”.
Cuando volvió a Mendoza se lo planteó a su pareja, que es emprendedor tecnológico y conoce de Agricultura y a uno de sus amigos que es desarrollador web y comenzaron a trabajar: “Entendíamos el problema, aún no sabíamos bien cómo resolverlo. Empezamos a investigar y justo vimos que en Colombia había algunas startups abordando la misma problemática. Ahí nos dimos cuenta que esto pasaba en otras partes del mundo también”.
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El nexo clave de Agrojusto
Así fue que en 2018 nació Agrojusto, una startup que busca conectar a pequeños agricultores y cooperativas con consumidores de manera directa, disminuyendo costos de intermediarios. La plataforma ayuda a los productores a crear su propia tienda online para comercializar sus alimentos ellos mismos y, a su vez, pueden gestionar las entregas a domicilio y añadir métodos de pago.
“Al principio queríamos eliminar los intermediarios, luego nos dimos cuenta que queríamos sacar a los que no generaban valor agregado para que ese productor pueda vender. Empezamos a hablar de gestores comerciales, como cooperativas, que hacen que ese producto se coloque con otros productos. Disminuimos los costos de intermediación, no los eliminamos estrictamente”, explicó Bonesso.
El primer empuje lo tuvieron al ser premiados en un concurso del INTA. “Participaron muchísimos emprendedores de la innovación de la agricultura familiar y fuimos unos de los ganadores. Ahí tuvimos una primera app”, contó María Fernandada, CEO de la startup, quien comparte equipo junto a Ignacio Lemmo (CTO), Nelson Pérez (CIO) y Matías Lambrese (COO).
Los siguientes trabajos para ampliar su alcance le permitieron obtener el apoyo del Centro de Implementación para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) y del BID LAB, el laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo, quienes financian actualmente la iniciativa.
Partners tecnológicos
Desde el 2020 los cuatro emprendedores se dedican full time al proyecto y la plataforma está operativa desde hace aproximadamente 4 meses. “Enseguida vimos los resultados. Digitalizamos comercios que están en Buenos Aires y gracias a AgroJusto encuentran proveedores de almendras que se suscribieron a la plataforma. Es muy gratificante ver que suceden esas cosas”, ejemplificó la emprendedora.
Su modelo de negocios se basa en ofrecer tecnología a productores agrícolas, emprendedores, asociaciones y cooperativas para que puedan conectarse con los consumidores finales: “Existen más de 300 productores y más de 500 tiendas. Llegamos a este número haciendo aliados y sabemos que la plataforma puede dar mucho más. Estamos en el desafío de crecimiento, de aceitar procesos y perfeccionar. También estamos buscando inversores que apuesten a esta visión”, adelantó.
Enseguida se dieron cuenta que el corazón del negocio debía pasar por la sinergia: “Decidimos ser partners tecnológicos de organizaciones y productores individuales llevándolos a otro nivel. No superponerse en las tareas sino potenciar a actores que ya existen”, la CEO de AgroJusto.
Esa decisión fue muy acertada y están teniendo mucho éxito uniéndose a organizaciones como Sabe la Tierra, que lleva más de 12 años trabajando con productores de Buenos Aires y tienen un impacto en más de 25 mil consumidores: “Con la pandemia se quedaron sin vender. Nosotros les proveemos tecnología sofisticada, que si lo hicieran por sí mismos sería imposible por su costo y conocimiento”.
“Ser aliados tecnológicos es nuestro diferencial respecto a otros tipos de startups de agro. Nosotros escalamos con tecnología. Es más lento el crecimiento porque requiere insertar tecnología en segmentos que no están muy tecnificados pero es un cambio más profundo”, explicó la emprendedora.
Trabajar con los jóvenes
Para graficarlo mejor, la CEO de AgroJusto contó que es como un “tienda nube” especializada en pequeños productores que además tiene un marketplace interno: “Hoy lo que apostamos es que cualquier actor, sea un productor, tienda, cooperativa, pueda montar su tecnología ecommerce con acompañamiento en la venta digital de alimentos. A la vez, dentro de esta misma plataforma tiene integrado datos de productores para poder abastecerse y ahí es cuando se crea una red y conectamos la cadena”.
El alcance de la plataforma es nacional. “Tenemos mucha relación con Misiones, Jujuy, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Chaco, Entre Ríos. Nos apoyamos mucho en los jóvenes que son los que ejecutan. Capacitamos a los hijos de los productores para que ellos lleven adelante la transformación. Así vamos cambiando el esquema de inserción y comercialización”.
Primeros resultados
María Fernanda detalló que para llevar a cabo el acompañamiento con productores trabajan en conjunto con la UNCUYO donde participan alumnos de diseño, comunicación, agronomía que les permiten capacitar a los que necesitan y tener escalabilidad.
“Nuestro valor agregado es acercar la experiencia de cerca. Estamos ahí y entendemos los problemas que suceden. Hoy estamos enfocados en el consumo familiar, en pequeños productores de alimentos, para que logren pasar de un canal artesanal a uno digital”.
El año pasado, gracias a AgroJusto su papá no pudo vender los 30 mil kilos de damasco pero “logró vender una parte directa y contactar a otros compradores, va diversificando su mercado y eso es un avance”, explicó.
“Todos los días nos agradecen por haber podido completar un negocio nuevo o por haberse sacado el miedo de vender online”, agregó.
La historia de “el colono”
Fernanda contó un caso de éxito en Misiones. Gastón Jacobi es un productor agrícola de Gobernador Roca y feriante en la Feria de Villa Cabello. Se denomina “el colono” por su actividad: “Pasó un proceso de webinar que habíamos implementado con el Ministerio de Agricultura de Misiones y Silicon Misiones y él desde el primer momento entendió el mensaje, creó su tienda virtual, pidió asesoría con nuestro equipo y empezó a vender online en dos o tres semanas”, narró Bonesso.
“Va a las ferias con la producción ya vendida y busca el extra, pero no depende de eso. Le cambió mucho su rentabilidad. Es nuestro early adopter. Ama todo este proceso y nosotros estamos cautivados con su progreso”, agregó.
